Hablemos de autoestima… ¿Cómo combatir tu voz crítica?

Seguramente todos hemos oído a hablar de autoestima en diversas ocasiones, incluso puede que hayamos sentido que flaquea en algún momento de nuestra vida pero ¿Nos hemos parado a reflexionar sobre ella? ¿Sabríamos decir que es?

“La autoestima no es otra cosa que aquello que nos decimos a nosotros o los demás sobre nosotros mismos”

La imagen que tenemos sobre nosotros influye sobre el modo en que nos tratamos, en que tratamos a los demás y en la forma que los demás nos tratan. Por lo tanto cambiando nuestra autoestima podremos cambiar la forma de relacionarnos con el mundo ¿Increíble verdad?

Tener una autoestima saludable es imprescindible para sentirse bien. Sin autoestima, las relaciones con los demás y el día a día pueden convertirse en un infierno. Sin embargo sentirnos queridos, apreciados y valorados por nosotros mismos es uno de los mayores tesoros que podemos poseer.

¿Cómo se forma la autoestima?

Nuestra autoestima se forma mediante las experiencias que hemos ido teniendo a lo largo de la vida y lo que hemos ido concluyendo de ellas, en función de nuestra educación, nuestras creencias, las reacciones de nuestro entorno etc…
A lo largo de nuestra historia vital podemos encontrarnos con diferentes acontecimientos que por diversas razones nos hagan concluir que no valemos, que no somos lo suficientemente buenos y que abran la presa generando una cascada de pensamientos e interpretaciones negativas sobre nosotros mismos.

Cuando tenemos una autoestima baja nos tratamos a nosotros mismos como si realmente no tuviéramos valor, mostrándonos a los demás de esta manera, como alguien que no vale, que no es suficiente y permitiendo muchas veces, que nos traten como si esto fuera cierto. Así es como podemos entrar en un círculo vicioso en el que nuestra autoestima cada vez es más baja y cada vez es más difícil salir de él.
Nos empezamos a comparar con los demás, por supuesto, fijándonos solo en las cosas que ellos hacen mejor que nosotros o que ellos tienen y nosotros no, sintiéndonos mal por ello y pensando acerca de nosotros en términos muy negativos. También se dan casos de personas que se alegran porque a los demás les vaya peor que a ellos o que necesitan pisotear a los demás tratando de elevar su autoestima.

Pero a pesar de esto si hay una cosas que esta clara, es que la autoestima no es algo estático, si no que se puede modificar. Podemos aprender a pensar y a hablar en otros términos más positivos y más realistas a cerca de nosotros mismos.
Y ¿Sabes qué? Tengo una buena noticia que darte y es que hacer esto depende exclusivamente de ti 🙂

¿Cómo mejorar tu autoestima?

1. Detecta tu voz crítica

Tu voz crítica son todos aquellos pensamientos (o frases dichas en alto) encargados de boicotear tu autoestima y de dejarte fuera de combate. Gran parte del poder de la voz crítica es que sus ataques suelen parecer razonables y justificados.

Esta voz:

• Nos acusa de las cosas que van mal, nos hace creer que nosotros somos los culpables.
• Nos compara con los demás dejándonos claramente en desventaja. Los demás siempre parecen mejor que nosotros por el simple hecho de solo nos fijamos en aquello que nos gustaría tener o hacer que no hacemos o que no tenemos.
• Nos fija metas de perfección inalcanzables y nos culpabiliza de no ser capaces de alcanzarlas.
• Nos hace maximizar nuestros fracasos y no recuerda o minimiza nuestros logros.
• Nos impone la tiranía de los “deberías” en nuestras vidas. Debería ir al gimnasio, debería haber estudiado más, debería haber educado mejor a mis hijos, etc… Hablamos en términos de obligación con nosotros mismos, debería haber hecho tal o cual cosa y no lo he hecho, me he fallado a mí mismo, he fallado a los demás, no he sido capaz… Sería mucho mejor que empezáramos a sustituir los debería por “me gustaría”, “me gustaría haber educado mejor a mis hijos pero hice lo que creía que era mejor en su momento” “me gustaría haber hecho ese informe mejor, pero soy una persona y cometo errores” ¿Qué manera de hablarte a ti mismo crees que ayudará más a tu autoestima?
• Nos hace sentirnos culpables cuando nos equivocamos.
• Clasifica nuestra vida en categorías: toda o nada, siempre o nunca, blanco o negro, bueno o malo. Nunca me sale nada bien, siempre hago daño a la gente que quiero, no soy bueno en esto… Es el momento de parase a pensar ¿Siempre, nunca?, a poco que pienses seguro que llegas a la conclusión de que aunque alguna vez hagas cosas mal (como absolutamente todo el mundo) no siempre es así.
• Nos impone etiquetas globalizadoras: Soy una persona torpe, tonta, egoísta… ¿Esto realmente es así? ¿O estas sacando una conclusión global de un acontecimiento asilado

2. Cuestiona tu voz crítica 

Ya conocemos como actúa nuestra voz crítica y las armas que utiliza (El primer paso para derribar a un enemigo es conocerlo) así que ha llegado el momento de dejar de creernos a pies juntillas todo lo que nos dice y empezar a cuestionarla.

• Hazte preguntas que cuestionen si lo que dice tu voz crítica es verdad. Busca datos de la realidad que sustenten o rechacen estos ataques ¿Es verdad que siempre hago las cosas mal? (Ponte a pensar en algún momento en el que hicieras algo bien, seguro que lo encuentras) ¿Qué datos hay para pensar que nunca encontraré otro trabajo? ¿Es cierto que he sido una mala madre? ¿Me he portado siempre mal con mis hijos?. Haciendo una pequeña reflexión sobre lo que nuestra voz crítica nos dice desmontaremos la gran mayoría de sus ataques

• Desdramatiza: Somos personas, todos cometemos y errores y no pasa absolutamente nada, es normal, aprendemos de ellos y seguimos para adelante. Así que deja de martirizarte por los errores cometidos.  En seguida te darás cuenta que los “siempre” “nunca” “todo” “nada” y demás términos absolutos que tu voz crítica utiliza no existen, si no que solo los utiliza para hacerte creer que eres incapaz de cambiar porque ya estás sentenciado por tus fallos y errores, cosa que por supuesto no es cierta.
• Hazte preguntas que pongan en duda las etiquetas que te impone tu voz crítica ¿Es cierto que soy un inútil porque algunas cosas de mi vida marchen mal? ¿Soy una persona que no merece cariño porque mi pareja me haya dejado? ¿Soy torpe porque no conseguí superar la prueba de acceso? Hazte preguntas a ti mismo hasta que logres desmantelar esas etiquetas, que lejos de ser reales son simples generalizaciones desastrosas para tu autoestima. El hecho de cometer errores no nos convierte en inútiles, tener un día poco afortunado en una reunión no hace  de nosotros seres aburridos y decir alguna estupidez no nos convierte en estúpidos…

3. Derrota tu voz crítica 

Trata de cambiar esa forma negativa de hablarte a ti mismo por otra más positiva y más acercada a la realidad que te haga sentirte mejor. Te recomiendo que anotes diariamente aquellos mensajes alternativos que te van a permitir sentirte mejor y actuar de manera más adecuada.

Pongamos un ejemplo: Imagina que una persona que tiene un mal día en el trabajo y que llega a casa preocupada por su posible despido pensando que es una inútil, que todo lo hace mal y que si le despiden será el fin del mundo y no podrá encontrar un empleo nunca más.

1. Cuestionando la voz crítica: ¿Soy un inútil por haber entregado mal un informe? ¿Todo lo hago mal? ¿Nunca en mi vida he hecho nada bien? ¿En qué me baso para decir que no podré encontrar un empleo nunca más?
2. Derrotando tu voz crítica: He entregado mal un informe y aunque me gustaría haberlo hecho mejor, soy una persona y cometo errores. Espero que mi jefe sepa valorar las cosas que he aportado con mi trabajo y si no lo hace y decide despedirme tendré que buscar otro empleo.

¿Qué manera de pensar crees que ayudará más a la autoestima de esta persona?

Para que esta nueva manera de pensar y de interpretar la realidad de una manera más realista se interiorice, hace falta paciencia y persistencia. Nuestros hábitos nos traicionan y en cualquier momento los auto mensajes saboteadores aparecerán de nuevo, pero no tenemos que dejarnos abatir por ellos, sino que debemos seguir cuestionándolos y sustituyéndolos por otros más constructivos hasta que poco a poco consigamos que vayan apareciendo de forma automática.

• Habla con tus amigos, familiares, conocidos, etc… en términos positivos. Deja de lamentarte, quejarte y decirte que eres un fracasado. Habla con ellos en otros términos, coméntales tus pequeños logros diarios, las cosas que has hecho bien, aquellas pequeñas cosas de las que te sientes orgulloso.

• Deja de fijarte solo en lo negativo. Quítate las gafas oscuras y cámbialas por otras más claras que resalten los aspectos positivos. Haz una lista al final de cada día con aquellas cosas positivas del día (Ejm: He corrido un kilómetro más de lo habitual, me he sentido a gusto tomando un café con mi vecina, me ha encantado la sonrisa de mi hijo cuando he llegado a casa, he logrado combatir algún mensaje auto saboteador de mi voz crítica, me gusta cómo me ha quedado tal informe, etc…). Empieza a darle un color diferente a tus días.

4. Actúa como si te sintieras bien contigo mismo

Actúa como piensas o acabarás pensando como actúas ¿Alguna vez has oído esta frase? Si comienzas a actuar como si tuvieras una autoestima excelente te aseguro que acabarás por tenerla.
Exponte a aquello que te da miedo, enfrenta tus inseguridades. Vístete y arréglate como si te sintieras bien contigo mismo, ponte esa ropa que no te atreves a ponerte, haz aquello que harías si creyeras más en ti.

Muchas veces pensar de manera negativa sobre nosotros mismos aunque a priori no lo parezca, hace que obtengamos una serie de ganancias secundarias, como por ejemplo evitar situaciones que nos generan malestar.

Si un trabajador ante un reto de su empresa se dice así mismo que no merece la pena intentarlo porque hay personas mejores y más capaces que un mediocre trabajador, está utilizando la disculpa perfecta para no enfrentarse a esa situación que le produce temor (antes de enfrentarse a un posible fracaso, prefiere no arriesgarse). Si una persona se dice así misma que no es posible que nadie se fije en ella y que no es digna de que nadie la quiera está evitando iniciar interacciones con el sexo opuesto (algo que le supone un coste hacer y que le expone a un posible fracaso)

Es algo difícil de detectar, pero merece la pena pararse unos minutos a pensar qué ganancias secundarias puedes estar obteniendo por escuchar a tu voz crítica. ¿Qué te está permitiendo evitar?

De esta manera, al exponerte a las situaciones que evitas y a forzarte a actuar como su tuvieras una alta autoestima, los pensamientos de la voz crítica perderán su función y desaparecerán, ya no tendrán ningún sentido.

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¡Ahora es tu turno!

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-Miriam