¿Personas Amarillas?
Si, así llama Albert Espinosa a aquellas personas que no son ni tus amigos, ni tus parejas, ni tus amantes, ni siquiera tus conocidos.
A aquellas personas que se cruzan en tu vida y que de una manera u otra la marcan para siempre.
Quizás te dejan un mensaje importante, te enfrentan a una parte de ti que no conocías o te dicen la frase justa que necesitas escuchar en el momento exacto en el que la necesitas.
Puede que simplemente te inspiren con su historia y se marchen… o qué te las vuelvas a encontrar en el lugar más inesperado.
Ese chico que conociste en un curso y que después de meses te volviste a encontrar en la calle principal de tu ciudad, esa mujer con la charlaste varias horas bajo un toldo mientras pasaba una gran tormenta, ese viejecito que te dijo una frase sobre la vida que te marcó para siempre o esa persona con la en una sola conversación descubriste que tenías una complicidad que bien haría falta toda una vida para crearla.
Porque con las personas amarillas no hace falta crear confianza sino que ésta ya existe.
Así que puedes contarles cosas que no contarías a otras personas y sentirte tan cómodo que parece que os hubieseis conocido en otras vidas.
Las relaciones amarillas pueden duran minutos, horas, días e incluso varios encuentros intercalados a lo largo del tiempo, lo bueno de ellas es que a pesar de haberte aportado mucho en muy poco tiempo no las echas de menos.
Porque echar de menos incluye tener expectativas y las relaciones amarillas están basadas en la más pura y sana espontaneidad.
Si os volvéis a encontrar aunque hayan pasado muchos años te garantizo que os alegrareis de veros y de que esa conexión será tan intensa con el día que os conocisteis.
A lo largo de este texto se te ha venido a la cabeza más de una persona amarilla ¿Verdad?
Albert Espinosa dice que son una mezcla de amigos y amantes pero a la vez no son sin ninguna de las dos cosas. La atracción que sientes hacia ello es de un tipo completamente diferente a la amistad o al enamoramiento. Es una atracción ¡Amarilla!
¿Te has dado cuenta de que no somos conscientes de concepto que un concepto existe hasta que no utilizamos palabras para describirlo?
Indice
¿Quién es Albert Espinosa y por qué habla de personas amarillas?
Albert Espinosa es conferenciante, guionista y escritor de varios libros, entre ellos El Mundo Amarillo.
Puedes descargarlo gratis haciendo clic en este enlace:
En este libro habla de su convivencia con 14 años de cáncer en el que perdió un pulmón, una pierna y medio hígado, además tuvo que enfrentarse a un 3% de posibilidades de sobrevivir.
Habla sobre consiguió entender que toda pérdida es a su vez una ganancia, cómo trabajó para gestionar su ira y aceptar la situación y sobre cómo un montón de personas que pasaron por su misma habitación de hospital le enseñaron mucho de la vida.>
De ahí sale el concepto de Amarillo
¿Y por qué amarillo?
Porque el amarillo es el color de la calidez, del sol, de la vida y así son las personas amarillas.
¿Qué te aporta una relación Amarilla?
Según Albert cada persona tiene 23 amarillos.
En realidad yo creo que este es un número azaroso y que no se puede saber el número de amarillos que una persona va a tener la suerte de conocer a lo largo de su vida.
Cuanto más fluyas y te dejes llevar por la vida más probable será que personas amarillas se crucen por tu camino.
Porque los amarillos no se buscan, se encuentran.
Para mi son ángeles que se cruzan en tu camino, llegan con la misma magia que se van o que vuelven a aparecer al cabo del tiempo. Siempre dejan una valiosa lección.
Te ayudan a ver la vida de una manera más auténtica, comparten contigo ataques de risa, secretos de ultratumba, cervezas, sueños, canciones…
Tocan tu vida de una manera tan sutil que al día siguiente parece que tu vida sigue como si nada pero en realidad algo en ti ha cambiado.
Son tu espejo y pueden reflejar tanto tus mayores fortalezas como tus peores miedos.
Albert también habla sobre el contacto físico con los amarillos, dice que son personas a las que podrías abrazar o dormir con ellas sin que esto necesariamente tenga una connotación sexual.
Comenta que tenemos casi exclusivamente limitado el contacto físico al ámbito de nuestra pareja.
Ponemos en nuestra pareja el 95% de las caricias cuando jamás se nos ocurriría poner el 95% de nuestro dinero en una misma cuenta de valores.
Estamos hablando de caricias, de abrazos y no de gestos sexuales ni necesariamente sensuales.
De abrazar a alguien con espontaneidad, con autenticidad, con inocencia, simplemente porque te apetece, como bien podría hacer un niño antes de adquirir todos los condicionamientos y normas sociales.
Mi opinión es que la mayoría de las personas gritan mucho y abrazan muy poco.
La espontaneidad, la autenticidad
Los abrazos tienen mucho que ver con la espontaneidad, con la autenticidad, con quitarte las máscaras y mostrar a alguien parte de tu vulnerabilidad. Por ello abrazamos tan poco.
Porque no es fácil mostrarnos vulnerables.
Sin embargo la vida me ha enseñado que las mejores cosas suceden suceden cuando menos las esperas, cuando no tienes expectativas, cuando estás siendo tu mismo, cuando no tienes miedo.
Una vez que traspasas tus miedos, tus creencias limitantes, tu frustración, aparece la autenticidad, la espontaneidad y justo en ese momento es cuando se crea la mágia.<
Porque el mundo está lleno de personas y situaciones mágicas solo tienes que crear espacio suficiente en tu vida para permitirles entrar.
Si quieres saber más sobre Albert Aspinosa y sobre las cosas que de verdad importan no te pierdas este vídeo
Ahora es tu turno
¿Has leído el mundo amarillo? ¿Conocías este concepto? ¿Se te viene a la cabeza alguna persona Amarilla? ¿Qué opinas sobre la autenticidad y la espontaneidad?
¡Te espero en los comentarios!
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Bonito artículo. El amarillo es uno de mis colores favoritos. 🙂
Gracias Cristian, a mi también me gusta mucho el color amarillo 🙂
¡Un abrazo!
Espléndido artículo con el cual me identifico barbaramente. Sí, son varias las personas amarillas que tenemos en nuestras vidas, totalente de acuerdo con eso, de verdad es maravilloso. Gracias por el artículo
Gracias Cesar, yo también me identifique mucho con ese concepto cuando lo descubrí en el libro de Albert Espinosa.
¡Un abrazo!
No me gusta el nombre, me recuerda el paludismo o la fiebre amarilla jajaja, pero el concepto es muy poderoso y motivador. Gracias por el artículo, han existido muchas personas amarillas en mi vida, igual que en la de los demás. Pero también han existido personas amarillas negativas. Lo curioso es que al pasar los años la experiencia convierte esa negatividad en algo positivo, en una enseñanza de vida. ¡En retrospectiva, eso quiere decir que las personas amarillas negativas no existen!
https://www.instagram.com/fitness_and_nutrition123/
Efectivamente Leo, no hay personas amarillas negativas, si no no serían personas amarillas jajaja.
¡Un abrazo!
Me ha gustado tu artículo. Tienes razón, las personas solemos gritar mucho y abrazar muy poco. Gracias por todo.
Gracias Santi. De todos y cada uno de nosotros depende abrazar más y gritar menos 🙂
¡Un abrazo!
Me ha gustado mucho este artículo creo que te hace reflexionar y pensar en por qué ciertas personas aparecieron en un determinado tiempo. Gracias por compartirlo
Así es Carol 🙂
¡Un abrazo!
Como muchos de los que se han pasado por este artículo, el amarillo es un color que me encanta y del que intento vestirme siempre que puedo. Me parece un color enérgico y positivo, aunque también un poco invasivo, quizá me define…Y a este respecto me viene lo de abrazar.
Siempre fui muy de abrazos y caricias a todo el que se me ponía cerca, pero un día alguien me dijo que era un poco invasiva y lo entendí. A raíz de eso me corto un poco más, dar abrazos a alguien que no los quiere tampoco creo que sea lo más sano del mundo.
Pero cuando alguien me da pie y me siento libre, los abrazos y las caricias son algo que no tengo reparo en regalar.
Tal vez si las personas que se sienten violentas ante estos comportamientos, se dejasen llevar un poco, todo cambiaría.
Albert Espinosa es una persona digna de mención y tu blog una maravilla.
Me ha encantado el término “personas amarillas” y creo que ya he conocido algunas. AHora sé cómo llamar a esos ángeles con patas con los que nos encontramos todos de vez en cuando. Si visten de amarillo no deberían pasar desapercibidos, jejej.
UN ABRAZO
¡Hola Tania!
100% de acuerdo, sobre todo con esta frase “Tal vez si las personas que se sienten violentas ante estos comportamientos, se dejasen llevar un poco, todo cambiaría”
Al fin y al cabo racionalizamos mucho y fluimos poco y eso es un gran problema.
¡Un abrazo fuerte!
Estoy encantada de haber leído este artículo. Me ha ayudado a entender lo que me estaba ocurriendo.
Muchas gracias
Me alegro mucho de que el artículo haya llegado en el momento indicado Nuria.
Un abrazo
Hola Miriam
Precioso artículo, curiosamente nunca habia oido este concepto pero me ha encantado, a diario mantengo conversaciones con extraños y leyendo tu artículo he pensado en varios casos, ni siquiera recuerdo sus nombres pero sí esas conversaciones que me aportaron algo.
Me ha encantado eso de que gritamos mucho y acariciamos demasiado poco, tal vez tenga que ver con la connotación negativa que tenemos del mundo y de los demás, cada vez más reina la desconfianza y es lamentable.
Un abrazo y gracias por el post
Es duro haber venido a este mundo siendo una persona amarilla, aunque también es verdad que reconforta cuando ves que las has ayudado.
Siempre creí que era diferente a las personas comunes. Diferente manera de enfocar las situaciones, percepciones no iguales a los demás…es cómo si pudiera ver el fondo de los conflictos y claramente el camino que debían seguir para solucionarlo.
Quién me lea pensará que soy un tanto egocéntrica. Pero no se trata de egocentrismo. Se trata de que me siento una persona amarilla y no sé cómo hacer para cambiar mi actitud. Porque también necesito recibir, pero la vida se empeña en interponer en mi camino a personas que sufren conflictos emocionales y a las cuales he de rescatar y ayudar para luego salir de sus vidas y volver a empezar. A veces tarda en aparecer una nueva persona, pero lo normal es una detrás de otra. Y esto quema y siento que yo también necesito a una persona dorada que me aliente. Porque la persona amarilla tiene muchos conflictos internos, algo de mala suerte y poco tino para resolver sus propios asuntos.
Ser persona amarilla es un propósito de vida con el que nacemos, poco valorado y desagradecido. Y por suerte o desgracia soy así.
Creo que tu aportación sobre cómo lo siente y lo vive una persona amarilla es muy interesante. Porque no he podido leer aún el libro, pero parece que está claro lo que una persona amarilla aporta a aquellos con los que se cruza, pero igual que tú muchas veces he sentido que el sentido de mi existencia es facilitar a otros la claridad necesaria para seguir adelante en momentos puntuales mientras yo paso enormes periodos estancada sin poder ver esa misma claridad respecto a mi situación, o sin tener la energía necesaria para salir de ello.