Este es un artículo escrito por Manuel Marques autor de del blog “en camino del héroe” y del libro “sé tu mejor versión”
Manuel ya ha colaborado con Psicorumbo en otras ocasiones con artículos realmente buenos:
- Sé tu mejor versión.
- El viaje del héroe un viaje hacia nuestra mejor versión
- Ser un héroe, una actitud ante la vida
Pero hoy se ha mojado más y ha decidido compartir con nosotros su experiencia durate años dentro de una secta.
Muy valiente ¿Verdad?
Te dejó con él y espero que disfrutes del artículo 🙂
Indice
Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar?, ¡qué fácil, rápido y barato!”
“Santiago Ramón y Cajal, médico y premio Nobel español”
En la sociedad occidental del siglo XXI, individualista, egoísta y competitiva, a la vez que inmadura y deshumanizada, abundan las organizaciones y grupos de carácter sectario; esta es la inevitable consecuencia de nuestro paradigma social y familiar actual, profundamente disfuncional y alienante; lo cual significa que dificulta -cuando no limita gravemente- nuestro sano desarrollo psicoemocional, alejándonos de nuestro ser esencial y convirtiéndonos en personajes extraños a nosotros mismos.
Como dice el viejo refrán español: “A río revuelto, ganancia de pescadores.”
Dado que el concepto de secta, tal y como se maneja habitualmente, es tan polémico como mal entendido, vamos a definir esta palabra, partiendo de su etimología, según el diccionario de la RAE (Real Academia Española):
- Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo.
- Conjunto de seguidores de una secta.
- Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos.
Como podemos leer hay tres definiciones diferentes pero complementarias; en esta caso nos enfocaremos en la 2ª y la 3ª, comenzando por esta última. Lo más importante es resaltar el carácter cerrado, discriminador y exclusivo, así como coercitivo y destructivo, que caracteriza a los grupos y organizaciones que son definidos como Sectas.
Una secta, según mi propia experiencia -pues yo fui miembro de una- y las investigaciones que realicé posteriormente sobre este fenómeno, es una institución o grupo organizado, jerarquizado, cerrado -en lo realmente importante y fundamental- al público, y enfocado a un propósito prioritario de servicio a sí mismo, aunque exteriormente proyecte una imagen de utilidad y/o servicio público.
Esta definición es muy básica, pero sirve para comenzar a entender correctamente su espíritu y modus operandi. De hecho, muchas organizaciones e instituciones conocidas por todos nosotros podrían considerarse como auténticas sectas; por ejemplo, unidades militares o policiales de élite cuyo entrenamiento y actuaciones son excesivamente exigentes y discreccionales, empresas que reglamentan la vida privada de sus empleados, grupos de seguidores fanáticos de equipos deportivos cuyas acciones traspasan el límite de la legalidad, instituciones religiosas de larga tradición y perfectamente legales, grupos o comunidades practicantes de tradiciones culturales, filosóficas, religiosas minoritarias, grupos dedicados a la delincuencia organizada, etc.
Hemos de tener muy claro la siguiente realidad: El mundo no es blanco o negro en términos absolutos, sino gris en diferentes matices, y esto es aplicable también al propósito y funcionamiento de los grupos y organizaciones.
¿Qué es lo que distingue una organización de una verdadera secta?
Precisamente, y en primer lugar, el efecto destructivo que la auténtica secta destructiva -valga la redundancia- tiene sobre sus miembros, salvo aquellos que se benefician directamente del resultado de las actividades de la organización; en segundo lugar, ¡y aquí llegamos al centro de la cuestión!, el contrato o relación que ésta ha suscrito de palabra o por escrito con los miembros que la conforman, está basada en la codependencia, y no en una auténtica y sana voluntad de servicio y beneficio para ambas, y para las terceras personas que estén en su círculo de influencia. ¡Ninguna de las partes es veraz ni sincera!
Los dirigentes de la organización buscan el poder, en algunos casos económico, y en todos los casos el obtenido mediante la lealtad absoluta de las personas que han puesto su confianza ciega en ellos…
¡El poder es el afrodisíaco más fuerte! Y yo he sido testigo de esta clase de poder.
Por otro lado, quienes se unen a las filas de este tipo de grupos, están buscando -con tanta ingenuidad como necesidad- el vínculo de pertenencia, con todos los beneficios derivados de él: Seguridad ante los desafíos y la incertidumbre de la vida, amistad, compañerismo, una verdadera familia, significado y motivación para sus vidas, y la oportunidad de ayudar o salvar a otras personas.
Esto es así en la mayoría de los casos, si bien, existe una minoría, menos ingenua y más ambiciosa, que desea encontrar en su pertenencia la oportunidad de destacar, hacer carrera y llegar a una posición desde donde se le permita dar rienda suelta a su afán de poder. ¡Hay muchas patologías sin resolver en estas situaciones!
He aquí un interesante testimonio de un antiguo miembro de una secta:
“Participé durante once años en centro espiritual donde se bebe el té de Ayahuasca, té que amplía la percepción de todo, expande la consciencia, supuestamente.
En realidad comprendí que esta expansión de consciencia sucede dentro de ciertos parámetros, dentro de los límites de la creencia profesada por el grupo, de su doctrina, y acepta a la persona discípula en mi situación allí, durante aquella sesión vi claramente que la secta era como una casa con muchas habitaciones, cada habitación tenía en ella objetos, estantes llenos de libros interesantes, y bonitos cuadros por las paredes.
En un vistazo reparé que entre los cuadros había una ventana, que antes yo pensaba que era un cuadro más, y al mirar por la ventana un velo se desprendió y vi una realidad mucho más amplia.
El contraste fue muy grande, comprendí que aquella casa donde yo estaba era una construcción fruto de la mente de una persona que nosotros teníamos como maestro, y en esta reciprocidad colectiva fortalecíamos la creencia por él elaborada, que venía vinculada al té, e incluso encontrábamos en ella más detalles.
Vi que podía estar años y años allí, fascinado con las historias, los detalles, los cuadros, libros, y habitaciones de aquella infraestructura, toda la vida, social y espiritual girando en torno de aquello, sin entender que una vida real, espiritual, de verdadero descubrimiento y expresión se encontraba en el lado de fuera de aquello.”
Como podemos comprobar, el fenómeno de la codependencia, tanto a nivel horizontal -entre los miembros- como verticalmente -del maestro hacia sus seguidores y viceversa- está presente todo el tiempo.
A continuación vamos a profundizar en la estructura y características de este tipo de grupos y organizaciones: En primer lugar hay siempre un círculo externo, formado por simpatizantes y miembros poco comprometidos, el cual funciona como estructura de captación y adoctrinamiento básico de nuevos miembros; este elemento sirve también como un filtro para separar a los meros curiosos o simpatizantes de aquellos que tienen las condiciones y el deseo de convertirse en miembros comprometidos al 100%.
En segundo lugar existe un círculo interno, formado únicamente por miembros que han superado un periodo de prueba y que están totalmente comprometidos con la organización y su ideario. Hay miembros de base, mandos medios y la propia jerarquía, la cual la forman aquellos con más veteranía y/o dedicación.
Este es el grupo más exclusivo, y su acceso está vedado incluso a los miembros básicos del círculo interno, son un círculo dentro un círculo, el cual a su vez, hace de puente con el círculo más accesible y transparente de cara al público externo.
Éste último elemento es el encargado de ejecutar las actividades que brindan al grupo u organización su faceta socialmente correcta y atractiva. Por el contrario, el doble círculo interno es el verdadero -y desconocido- corazón y el cerebro de la secta.
Dirigentes, miembros comprometidos de base, miembros en periodo de prueba y/o con dedicación parcial, y simpatizantes, forman una jerarquía rígida y muy bien compartimentada, cuya cúspide es el maestro, gurú, o máximo dirigente; su autoridad moral y pragmática, dentro de la organización, es absoluta; en consecuencia, sus órdenes y directrices se obedecen inmediatamente y sin discutir.
Sin embargo, todo este montaje carecería de fuerza sin un elemento imprescindible… Es el último a tratar, pero es el primero a considerar: Su ideología o doctrina, en definitiva, su basamento moral, como la sangre en las venas de cualquier criatura, que sin ella sería un cadáver inerte.
Todo ejército necesita una bandera bajo la cual luchar, y toda secta necesita de un ideal o misión única y exclusiva que llevar a cabo. Esto justifica -en apariencia y en origen- toda su existencia.
En ocasiones el grupo u organización fue fundada con un propósito legítimo y de verdadero servicio, pero se corrompió durante el camino, desvirtuando su auténtica misión; otras veces en cambio, nació con la intención de acaparar y ejercer el poder manipulando la dedicación y la ilusión de aquellos que, engañados, se unieran a ella.
La ideología o doctrina es considerada, desde el momento en que eres iniciado a ella, como una verdad indiscutible, un dogma de fe, un mensaje infalible, y no se te permite ponerla en duda, ni siquiera en el más mínimo detalle, so pena que tu lealtad y compromiso sean seriamente cuestionados, con el consiguiente correctivo o castigo, o la expulsión del grupo.
Este conjunto de ideas vertebra toda la vida del grupo, contribuyendo a la uniformización de todo el pensamiento y sentimiento dentro de éste, y desterrando cualquier atisbo de rebelión individual ante el dogma impuesto desde la jerarquía.
La jerarquía defiende dentro y fuera del grupo, a capa y espada, la infalibilidad de su doctrina, la indiscutible superioridad de ésta ante cualquier otra que se le quiera comparar -y lo hace, al menos de puertas para dentro, con una arrogancia rayana en el fanatismo- y por supuesto, también la innegable necesidad y oportunidad de su misión, la cual ha de ser ejecutada a toda costa.
El adepto, o persona cuya individualidad y libertad de pensamiento y sentimiento han sido ahogadas en el profundo mar del conformismo y la ciega devoción que impera en el grupo, se ve sometido además a un peligroso dilema planteado desde el principio hasta el final, con todas sus consecuencias, por la jerarquía y sus compañeros de mayor rango; ¡estás con nosotros o estás contra nosotros! De este modo se le niega cualquier espacio para el sano escepticismo, y lo que es peor, se le obliga a elegir -y de ahí el carácter coercitivo de este tipo de organizaciones- entre sus afectos y amistades de fuera del grupo, y el afecto y el apoyo del propio grupo; este aspecto lo trataremos en profundidad más adelante.
Para concluir con esta primera parte del artículo, vamos a conocer un poco mejor al gran protagonista de esta historia: El adepto o miembro sometido a la disciplina y dominio de la secta.
Podría ser cualquiera de nosotros… ¡Tú o yo! Bien, yo lo fui durante varios años, y ciertamente, y dados los inciertos desafíos de la vida, nadie está a salvo de caer en las redes de una organización de este tipo; creer lo contrario es una peligrosa presunción que puede pagarse muy cara.
Ante todo, el candidato más proclive a caer preso de una secta, es principalmente una persona codependiente, o sea, alguien que en ese momento arrastra graves carencias emocionales; en pocas palabras, una persona codependiente, de facto o en riesgo de serlo, es aquella que durante su infancia y adolescencia no vio cubiertas sus necesidades mínimas de amor, reconocimiento y seguridad en sí misma.
Este tipo de personas está hambrienta de afecto y de apoyo, y es incapaz de dárselo a sí misma; en términos de Análisis Transaccional, “no ha recibido suficientes caricias emocionales” -y seguramente tampoco físicas- por lo cual es carne de cañón para cualquiera que se quiera aprovechar de ella ofreciéndole un poco de ese amor y apreciación que tanto necesita.
Esto puede suceder con una amistad o una pareja, y en este sentido la pertenencia a una secta es una relación de codependencia hacia un grupo de personas, no hacia alguien en particular, y tan dañina y denigrante como una relación de pareja insana y destructiva.
John Bradshaw, psicoterapeuta y escritor, autor del libro Nuestro niño interior, describe perfectamente la personalidad marcada por esta carencia:
“Un codependiente es una persona que carece de identidad propia; no sabe quién es, porque ha carecido de la libertad de descubrirlo por sí mismo, y al mismo tiempo no ha tenido modelos sanos y adecuados para seguir y construir una personalidad sólida y equilibrada.
Por tanto vive y se identifica a través de otras personas; sus necesidades son las de él, sus motivaciones las suyas. Nada hay en ella que sea auténtico y genuino, y en consecuencia existe en base al reconocimiento de otras personas, que para ella son figuras con autoridad moral.”
El codependiente, el más numeroso, pero no el único, candidato a engrosar las filas de una secta, vive ciego a sí mismo, a sus propias necesidades y a sus legítimos derechos, ¡y lo hace sin ser consciente de ello!
Porque, en su fuero interno, esa es la única realidad que ha conocido, y son muchas, demasiadas, las personas que en nuestra sociedad responden a estas características…
En la segunda parte de este artículo abordaremos en detalle el proceso de captación y conversión de la persona que entra en contacto con una secta, las características más señaladas y destacables de los personajes que presiden este tipo de organizaciones, y cómo enfrentar el proceso de romper con la dependencia hacia ellas, superando las consecuencias inmediatas y a largo plazo de esta ruptura -que pueden ser traumáticas y muy desestabilizantes- y compartiré contigo algunas experiencias muy íntimas y personales.
Por último, y si estás realmente interesado, podrás leer algunas recomendaciones para mantenerte a salvo de este clase de grupos, y cómo facilitar una ayuda básica a cualquier persona que conozcas -incluida tú misma- que decidida a poner fin a su relación con una secta.
Manuel Marques Robles
Mentor y Coach para el Camino del Héroe
¡Ahora es tu turno!
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Conoces a alguien que haya tenido experiencias con sectas? ¿Quieres contarnos alguna experiencia personal que consideres que puede ayudar a otros? ¿Conoces el nombre de alguna secta que quieras denunciar el público?
¡Te espero en los comentarios!
Si te ha gustado el artículo te agradecería que lo compartieras en tus redes sociales para llegar a más personas.
Buen artículo. Yo estuve a punto de caer en una especie de secta disfrazada de escuela holística para cuerpo, mente y espíritu. Su director una vez accedías a unas conferencias y encuentros entre varias personas daba por hecho que siempre te apuntarías a ellas y si no lo hacías bajo sus normas te tachaba de ignorante, de traidor o de villano poniendo de excusa a tu “ego”. De esta forma no te atacaba directamente sino que “redirigía” por tu bien toda su rabia y su sentimiento de inferioridad disfrazado a el personaje que escondía tu verdadera esencia.
Está claro que salí de una forma drástica y poco diplomática, críticada y humillada. Lo curioso es que nadie estuvo de mi parte ni pudo apreciar la manipulación y las malas artes por parte de la dirección.
Hola Carlos, soy el autor del artículo y he vivido las mismas experiencias que explicas; existen muchos centros de “desarrollo personal” que son en realidad organizaciones sectarias. Las conferencias y otras actividades para el público son un gancho muy eficaz para atraer a personas que puedan engrosar las filas del grupo, tal y como explico en la 2ª parte del artículo.
En mi caso había una guerra declarada contra nuestra personalidad -ego- que según el director del grupo y sus allegados siempre intentaría alejarnos del sendero discipular y de servicio, para convertirnos en uno más entre la gran masa de “infinitos huérfanos”, y demás seres perdidos en la oscuridad y presos de sus deseos egoístas…
Pude comprobar en una ocasión, como el hombre al que yo admiraba por su carisma y fortaleza, tenía una faceta mucho menos resuelta y valerosa, y fue precisamente ante una tercera persona que no formaba parte del grupo. Había construido una fachada muy convincente y elaborada.
Es interesante lo último que mencionas; ¿por qué crees que sucedió así? Yo creo que tus ex-compañeros, como los míos, vivían en una fantasía demasiado bonita para ser cierta, y también demasiado frágil para ser cuestionada. Si ellos se hubieran puesto de tu lado, aunque fuera solamente para solidarizarse contigo, automáticamente hubiera quedado en entredicho su propia visión fantasiosa del mundo perfecto de la secta, y no tuvieron el valor necesario para enfrentarse a ello, ni tampoco para ir en contra de las opiniones y dictados de la dirección del grupo.
En cualquier caso lo más importante es haber salido básicamente intacto de esta experiencia -aunque hayan hecho falta varias reparaciones psicológicas- y haber aprendido la lección, no buscar a otros para que te hagan sentir valioso y digno de amor y de aprecio.
¡Hola Carlos! Gracias por compartir tu experiencia. Creo que puede ayudar a muchas personas a ver que no están solas, que son ellas las “raras” y por supuesto a salir huyendo lo antes posible frente a ese tipo de comportamientos.
Un fuerte abrazo
Buenisimo!!!! Siempre investigué mucho sobre lo que me querían poner en la cabeza desde chica, incluso estuve con ellos porque me obligaban sino no me daban el título secundario.- Las religiones (Para mí, TODAS) Son la mejor política que hay sobre la tierra, hay una que duró 2016 años.- Ninguno de sus seguidores hacen lo de Jesús, El era pobre, hablaba con todos, iba con todos, y bué,hacía lo que ninguno de “sus políticos” hacen.-
¡Hola Haydee!
Gracias por tu aportación y por compartir tu opinión 🙂
A mi no me gusta generalizar y no considero que todas las religiones sean sectas, puede que se conviertan en ello cuando se llevan al extremo, dejan de ser rígidas con las demás creencias o piensan que tiene la verdad absoluta (Si, estoy de acuerdo en que esto ocurre más veces de las que me gustaría)
Escribiré un artículo en algún momento sobre las religiones, creo que es un tema que da para mucho.
Y muy buena la costumbre de investigar sobre las creencias que te pretenden inculcar. Es la manera de crear tu propia vida y dejar de ir en piloto automático como si fuéramos robots programados.
¡Un fuerte abrazo!
Saludos.
Bueno, Miriam dice que ella no considera a todas las religiones como sectas, pero sabes que en parte TODAS son precisamente eso: sectas. No importa que estén organizadas hace muchísimo o hace poco, son lo mismo. Aveces estamos tan manipulados que vemos las religiones que conocemos, con la que crecimos, mejores que las que empiezan ahora. Pero esto no es asi.
Hace tiempo era testigo de Jehova. Mi proceso de desconversion es algo larga y no acabaría ahora; hasta daría para un articulo muuuuy largo. Jejejeje!!!
El caso es que estas personas (y repito, las demás religiones; todas) tienen precisamente esas características que menciona el autor del artículo. Usan los diferentes puestos para ganar poder. Son ellos los egoístas. Y si cuestionas tan solo un poco, eres un hereje y pueden reprenderte fuertemente. En el caso de los testigos de Jehova, cuando cuestionas o no cumples las reglas del grupo eres expulsado. En este caso dejan de hablarte totalmente y hasta de saludarte. No importa si son familiares. Debes evitar a esa persona totalmente. El amor al grupo es lo mas importante para ellos.
Esta arma es de doble filo. Estos, por ejemplo, se encargan de que dependas totalmente de ellos, diciendote que cualquier persona que no es testigo de Jehova es mala influencia y NO DEBES ser amig@ de el o ella. De modo que llega el punto en que solamente tienes como amigo a la gente de la organización. Por ende, solo pensar en una expulsión es algo traumático, porque si te expulsan y dejan de hablarte totalmente, hasta tus familiares que sean parte de la religion, entonces sabes que quedaras TOTALMENTE SOLO!!! 🙁 Hasta tus familiares dejan de hablarte. Este es el peor abuso. Y ellos no son los unicos. Pero esta es mi experiencia personal.
Ademas de esto que acabo de mencionar, hay otros factores que son inquietantes y la convierten en una secta, como por ejemplo, el cambio continuo de dogtrinas. A cada instantes se están cambiando doctrinas. O sea, lo que es verdad hoy, mañana sera mentira, como yo ya pude comprobar. Como confiar en algo asi??? 😮
Las religiones hacen que dependas de ellas. Te dan una supuesta seguridad basadas en mentiras que te crees. Es muy triste. Y lamentablemente aqui en latinoamerica, estos son los que mas abundan… Que cosas!! 🙁
Ademas, y lo mas peligroso, es que las religiones te hacen perder tu identidad propia, como dice el autor del articulo. Llegas a depender de lo que digan sus desvergonzados dirigentes. Y eso lo vi, por ejemplo, cuando padres son capaces de dejar de hablarle totalmente a sus hijos por cuestiones tontas. Claro, estos padres sufren mucho, pero el amor a su religion es mas fuerte que el amor a sus familiares. Que lamentable Miriam!! 🙁
Esto llega a desestabilizar totalmente a los expulsados y los demas… 🙁 🙁
Y es que muy bien lo enseña la Biblia, que debemos amar a este Dios cruel mas que cualquier otra cosa. Y llegamos a ver en la misma Biblia ejemplos de personas que (supuestamente) fueron capaces de matar a sus propios hijos y vecinos, por asuntos tontos. Hasta capaces de apedrear a una persona por estupideses. Y el mismo Dios no se queda atras, pues el Dios Bíblico ha matado a muchas personas por tonterias sin sentido. 🙁 🙁
Hoy dia las religiones aqui en Occidente no causan tanto daño porque ya no tienen el poder, como vemos que ocurre en los paises musulmanes. No es que los musulmanes sean mas violentos en si, sino que la religion esta unida al Estado, provocando esto que LEGALMENTE se cometan abusos. Bueno, aqui en occidente, en especial es Europa, vemos como la iglesia catolica, CUANDO TENIA EL PODER hace poco, llego a matar a muchas personas inocentes. Lo que mas miedo da es que habia personas dispuestas a cometer crímenes inmencionables e indecibles en nombre de su religion. Es desastroso!!! 🙁 Si las iglesias tuvieran el poder aqui en occidente estariamos totalmente atrasados y viviendo en continuas guerras y siendo abusados, como vemos en los paises musulmanes… 🙁 🙁
Bueno, dije que lo que tengo que decir da para mucho. Aun no termino. Dejare algo para la segunda parte del articulo si me animo a comentar… 😉 😉
Saludos y gracias por tus articulos. De verdad que eres muy profesional 😉
Besos y abrazos desde la República Dominicana. 😉 🙂
¡Hola Mikhail! ¡Vaya pedazo de aportación! Muchisimas gracias por compartir tu experiencia 🙂 Daría para un artículo entero si te animas a escribirlo ya sabes jajaja
Es una reflexión muy interesante que considero que puede aportar mucho a cualquiera que la lea.
¡Un fuerte abrazo y te espero en la segunda parte! 🙂
Jejeje si Miriam, por aqui estaré… Tus articulos son de lo mejor! 😉 😉
Y si, es un pedazo de mi experiencia algo descomunal (jeje :p) pero este articulo trata de algo que ahora me preocupa mucho, que es el efecto negativo de la religion en las sociedades. Y como te dije, el hecho de que una religion tenga mas miembros no quiere decir que no sea secta, ya que normalmente se ven como sectas las religiones minoritarias…
Se te aprecia mucho y por aqui estaré! 🙂 😉
Hola Mikhail y Miriam
Me pareció muy interesante el artículo y el comentario. Da mucho para pensar, y sin el afán de discutir, quisiera aportar con mi experiencia.
Yo me reunía con los Testigos de Jehová hasta los 18 años (me podían ver con un maletín en mano tocando puertas y todo eso).
Cuando terminé la secundaria empecé a trabajar a tiempo completo (quería dinero 🙂 ), y entre horarios ajustados y salidas con los amigos poco a poco me fui alejando.
Los “dirigentes” hablaron conmigo y me pidieron que pensara bien esa decisión, pero yo ya la había tomado, así que me aparté definitivamente.
A pesar de ello, no he tenido problemas con la parte de mi familia que permanece en la religión.
Vivo con mi madre y mis hermanos, ella es Testigo y nunca me ha hecho a un lado, más bien me ha apoyado en los proyectos que emprendo.
Dos de mis mejores amigas también lo son, y no he dejado de llevarme con ellas.
Claro que ya no coincidimos en todos los lugares en los que nos veíamos antes, pero mantenemos contacto.
Cabe una aclaración, yo no fui expulsado de la organización, me alejé voluntariamente.
Ahora llevo el cabello un poco largo, me dejé la barba y hasta escucho rock 😀 pero siempre que me encuentro por la calle con alguna de las personas que conocí en esos 18 años, saludamos y todo.
Bueno, esa es mi experiencia.
Como decía al principio, no va con el afán de generar discusión, respeto tu punto de vista y quería aportar con el mío.
Un saludo!
Saludos Andres!
Ese es el caso, no fuiste expulsado. Eso hace una gran diferencia amigo. No me referí específicamente a eso, claro, sino al impacto psicológico negativo de a religión en la sociedad. Claro, me referi a los testigos de Jehova y a la expulsion ya que yo era testigo testigo de Jehova. Yo no he renunciado aun ni he sido expulsado.
Pero si tu hubieras sido BAUTIZADO y te hubieras alejado como lo hiciste, tu madre no te podria ni saludar. Y hay muchos testigos (la mayoria) que siguen este consejo-orden-obligación de forma estricta, al igual que muchas cosas mas. Tu madre y tus amigos testigos te hablan porque te alejaste sin estar Bautizado, de lo contrario serias como un explusado (si te alejas y renuncias a ser testigo de Jehova claro) pero si estas Bautizado y solo te alejas (como he hecho yo) pues te hablarian casi igual. Te hablan y saludan porque NO ESTABAS BAUTIZDO!!
Ademas de esto, normalmente las personas no conocen su religión lo suficiente, y estoy seguro que tu tampoco conociste muy bien que digamos a los Testigos de Jehova. Yo he visto esto en testigos y personas de otras religiones. O sea, son de una religion especoifica, no porque les guste en si, sino porque es lo UNICO que conocen, o porque sus padres los obligan de forma pasiva e indirecta, aunque despues la mayoria salen (sean testigos o de otras religiones, como te paso a ti).
Andres es un gusto compartir contigo. Es una lastima que el autor de el aritculo no me haya respondido, MANUEl se ve muy profesional como mi amiga Miriam… 😉
Bueno, perdon por hablar mucho! 😉 😉
Hola de nuevo Mikhail
Como bien le escribes a Miriam en el comentario de abajo: Lo importante es que somos humanos y TODOS sin excepción debemos tratarnos como tales.
Yo ahora tengo buenos amigos de varias religiones (también algunos ateos), y gracias a que todos respetamos las creencias de los demás nos llevamos muy bien. 😀
A final de cuentas lo importante (al menos para mi) es eso: sin importar nuestras creencias, respetar las de los demás.
Un gusto poder conversar tan abiertamente de este tema contigo Mikhail .
Un abrazo!
¡Hola Andrés! Muchisimas gracias por compatir tu experiencia con nosotros. De eso se trata, de intercambiar experiencias y ver que no todas son iguales. Al fin y al cabo hay tantas opiniones como personas en el mundo 🙂
¡Un fuerte abrazo!
Gracias Miriam por darme la oportunidad de compartir esta experiencia. Al fin y al cabo, el amor acaba reinando, y eso es lo importante sin importar nuestras religiones o filosofias de vida. . 😉 😉
Lo importante es que somos humanos y TODOS sin excepción debemos tratarnos como. No es pensar: eres de una religion y yo de otra, o, eres blanco y yo negro; o, soy heterosexual y yo hemosexual; o, eres de tal pais y yo no……
No!!!Es pensar: SOMOS SERES HUMANOS TODOS Y ESO ES LO MAS IMPORTANTE!!
Sin pisotear los derechos de nadie!
SALUDOS!!
¡Vaya debate más interesante! Estoy completamente de acuerdo, nos empeñamos en clasificarnos por religión, sexo, cultura, orientación sexual etc.. cuando al fin y al cabo todos somos lo mismo SERES HUMANOS y realmente tenemos más cosas en común de lo que pensamos unos con los otros.
Yo no me considero creyente cómo tal y estoy de acuerdo en que la religión puede afectar negativamente en algunos aspectos (como por ejemplo en jugar con el miedo). Sin embargo también creo que aporta algunas positivas (No se si más o menos que negativas, nunca me he parado a reflexionar sobre ello la verdad)
También es cierto que no he vivido experiencias como las que comentáis y por lo tanto mi punto de vista es más neutral.
Creo que ninguna creencia es mala ni buena per se. Sino dependiendo de la función que cumple. Eso sí en el momento en el que tratamos de imponer a los demás nuestras creencias o hacemos daño a alguien por medio de ellas tenemos que empezar a replantearnos ciertas cosas.
Encantada de leeros y un saludo a los dos 🙂
Gracias a ti Miriam. Ahora debo leer la proxima parte del articulo. Tratare de ser mas breve.
Andres tu tambien eres maravilloso y me encanta tu blog, aunque como ocurre aqui en esta pagina, casi no comento….
Gracias a ambos por aportar valor!! 😉 😉
un abrazo a Miriam alla al norte, en Europa, y otro a ti carlos, aqui cerca de mi, en Suramerica.
Es buenísimo!!!! Gracias por compatir… la obsesión por la espiritualidad es el mal del siglo XXI… ánimos compañeros!!!