Este artículo es algo diferente a los que acostumbro escribir.
No tiene un enfoque tan claro y tan definido como la mayoría de artículos del blog, tampoco te doy una serie de pautas ni algunos pasos a seguir para mejorar tu vida en un aspecto dado.
Simplemente es una reflexión personal que quiero compartir contigo y que considero que puede ayudarte a reflexionar a ti también.
Como bien sabes si sigues mi blog desde hace algún tiempo actualmente estoy viajando por India.
India es un país de grandes contrastes, difícil de describir con palabras y mucho más difícil aún de explicar.
Algunas zonas están llenas de grandes edificios lujosos y algunos metros más allá puedes encontrarte casitas hechas de madera, barro o piedras sin electricidad ni agua en la que viven familias enteras.
Las vacas pasean por las calles, junto a cerdos, perros, personas y en algunas ocasiones monos y gallinas (Excepcionalmente puedes llegar a ver algún camello o elefante).
Esto es así debido a que la mayor parte de la población es vegetariana.
Podría decirse que algunas zonas de India son lo que en la sociedad occidental consideramos como “pobres”.
Viven en casas hechas a mano con materiales naturales, consiguen agua de pozos, se acuestan al anochecer y se despiertan al amanecer.
No tienen protección de los extraños (en ocasiones algunas piedras y palos), ni alarmas por si algún desconocido entra en casa.
Los niños están en la calle todo el día, a veces trabajando o pidiendo desde edades muy tempranas.
No les falta comida (aquí conseguir comida es muy fácil, es sumamente económica y además la reparten de manera gratuita en templos religiosos para gente sin recursos, tienen un techo donde dormir, viven rodeados de sus seres queridos y tienen casi todo el tiempo a su disposición.
No estoy diciendo que sea una vida cómoda, ni fácil, no me gustaría verme ni mucho menos estar en su tesitura.
Pero sí que me incita a reflexionar sobre lo fácilmente que categorizamos las cosas como buenas o malas, pobres o ricas, bonitas o feas y sobre cómo nos centramos únicamente en el lado de la moneda que queremos ver, que sabemos ver o que nos han enseñados a ver, olvidando que cualquier moneda siempre tiene dos caras.
¿Realmente son pobres estás personas?
Si consideramos la pobreza como escasos recursos económicos por supuesto que lo son, pero si consideramos la cantidad de tiempo que tienen, el número de horas que pasan jugando con sus hijos o charlando con sus seres queridos, las veces que sonríen cada día, etc… podríamos decir que son personas bastantes ricas.
Indice
El Ying y el Yang
Seguramente hayas visto antes este símbolo en alguna parte, se trata del símbolo de Ying y el Yang.
- El ying es la parte negra y representa: la negatividad, la feminidad, la noche, la pasividad, la luna, la intuición, el frío, etc…
- El yang es la parte blanca y representa: la positividad, la masculinidad, el día, la actividad, el sol, la lógica, el calor, etc..
Pero al fin y al cabo el mensaje que pretende transmitir este símbolo es que nada es absoluto, toda la maldad tiene algo de bondad, toda luz tiene algo de oscuridad, toda la pobreza tiene algo de riqueza.
Toda la alegría tiene algo de tristeza, todo principio tiene algo de final, toda ilusión tiene aunque sea una gota de decepción.
Al fin y al cabo me atrevería a decir que nada puede considerase bueno ni malo per se.
¿Es malo que te despidan de tu trabajo? ¿Es malo romper con tu pareja?
A priori podría parecer que sí, sin embargo cualquier dificultad se puede convertir en una gran oportunidad que cambié tu vida a mejor.
Si tienes 5 minutos te recomiendo echarle un vistazo a este artículo.
En definitiva: No son las circunstancias externas las que van a determinar tu nivel de felicidad y bienestar sino como tú afrontas estas situaciones.
Sin embargo las personas tenemos la fea costumbre de categorizar las cosas que nos ocurren, las personas que nos rodean, e incluso a nosotros mismos en términos absolutos.
- Esto es horrible, no lo puedo soportar.
- Esta persona es estúpida.
- Soy muy torpe.
- Que chica más fea.
Y no nos damos cuenta de que estamos sentenciando a una situación, a una persona, o mucho peor a nosotros mismos a ser de una determinada manera teniendo en cuenta solo una pequeña parte de la información.
Estoy segura que esa situación no es tan horrible, puede que sea molesta pero seguro que también tiene una parte positiva que no sabemos ver.
Probablemente esa persona haya tenido algún comportamiento estúpido pero si analizamos todas la acciones que realiza cada día estoy segura que muchas de ellas son bondadosas e inteligentes.
Puede que te consideres torpe por haber tropezado tres veces pero ¿Eres consciente de todas las veces que has pasado por encima de una piedra sin tropezar?
Y esa chica que te parece tan fea estoy completamente segura de que tiene algunos rasgos preciosos.
Es decir, cualquier situación persona o cosa es susceptible de ser cómo tú la quieras ver.
Una frase que he tenido que repetir numerosas veces en terapia de pareja es la siguiente:
“Si quieres confiar en tu pareja encontrarás razones para hacerlo, si quieres desconfiar de tu pareja encontrarás razones para hacerlo”
Pues así en cualquier aspecto de tu vida.
Si quieres ver la vida como algo maravilloso encontrarás razones para hacerlo si quieres verla cómo algo duro e insoportable encontrarás razones también.
Y no, no depende de las circunstancias que te rodean sino de una decisión que de manera consciente o inconsciente estás tomando.
Todo lo que te rodea tiene las dos caras de la moneda (en realidad son muchas más que dos) pero tú decides cualquier quieres ver.
Te recomiendo el siguiente ejercicio:
- Trata de observar tu dialogo tanto interno como externo durante un día.
- Anota en tu teléfono móvil (Digo tu teléfono móvil porque imagino que lo tendrás más a mano durante el día pero también vale una libreta) todas las veces que hablas de algo o piensas en algo en términos absolutos.Es importante que lo anotes en el momento ya que si no lo haces se te olvidará en seguida o no podrás recordar todas las veces que lo hiciste ya que es un hábito muy automatizado que muchas veces se lleva a cabo de manera casi inconsciente.
- Al final del día mira la lista y trata de escribir al lado otras cualidades de la situación, persona o cosa que juzgaste que pertenezcan a la cara opuesta de la moneda. (Por ejemplo si describes a alguien como tonto trata de escribir alguna acción inteligente que realizara esta persona o si piensas que estás teniendo un día horrible escribe algunas cosas buenas que te hayan pasado este día)
Si realizas este ejercicio un día a la semana (puedes hacerlo todos los días si quieres pero cómo mínimo para que sea efectivo debe ser un día por semana) verás cómo poco a poco te vas deshaciendo de este sesgo y empiezas a ver la vida de manera más honesta y más real.
La creación de necesidades
Otro aspecto sobre el que he reflexionado bastante durante estos días es sobre las necesidades reales.
Creemos que necesitamos muchas más cosas de las que realmente necesitamos.
Hace unos días hicimos una visita al desierto del Thar (una zona desierta de India, preciosa por cierto que hace frontera con Pakistan).
Fuimos con una familia local que nos enseñó la forma de vida en las aldeas y nos preparó una cena muy rica en las dunas.
Era una familia que durante años había sido nómada y viajado con sus animales por todo el desierto hasta que desde hace algunos años se asentaron en un pequeño poblado viviendo básicamente del turismo, organizando visitas guiadas, safaris en camello, etc…
Un poblado hecho con casas de barro (que parece ser que tienen la capacidad de soportar grandes tormentas y tornados sin problemas), un pozo para sacar agua, sin electricidad y con más cabras que personas.
Cuando les pregunte que por qué no insertaban un pequeño tendido eléctrico (dando por hecho que no era por falta de dinero ya que nos estaban contando que ganaban un sueldo bastante asequible con el turismo) su respuesta fue:
“¿Para qué? Si tenemos el sol, simplemente nos acostamos cuando anochece y nos levantamos al amanecer. No necesitamos luz artificial.
Preferimos ahorrar ese dinero para construir un colegio en el poblado y que nuestros hijos no tengan que andar 3 kilómetros cada camino para ir a la escuela más cercana”
No supe que responder y me quedó bastante claro que sabían de manera muy cierta que era más importante una buena educación que tener una lámpara cuando ya tenían el sol o poder conectar un frigorífico pudiendo acceder cada día a comida fresca.
Estoy (casi) segura de que tú también crees que necesitas muchas más cosas de las que realmente necesitas.
¿Alguna vez se te ha olvidado el móvil en casa y has vuelto a por el a pesar de las prisas o has pasado todo el día nervioso y de mal humor por no tenerlo contigo?
¿Alguna vez se te ha ido el agua o la luz de tu casa (solo por unas horas) y te ha resultado especialmente molesto?
¿Alguna vez se te has sorprendido revisando por enésima vez en el mismo día tu correo o tus redes sociales? (Y no precisamente porque estés esperando nada importante)
¿Alguna vez has sentido que necesitabas estar con alguien o si no el mundo iba a acabarse en cualquier momento?
O peor aún ¿Alguna vez te has ido a ti mismo decir o pensar frases del tipo “Necesito un café o necesito lavarme las manos”?
Creo que todos hemos caído más de una vez en esta trampa.
A mí me ponía realmente de los nervios el hecho de estar unos días sin Wifi (aquí no puedes encontrar Wifi en todos sitios) o prescindir de mi plancha del pelo que se había quedado en Madrid.
Sin embargo he terminado por agradecer poder estar algunos días desconectadas y apenas he recordado a la plancha del pelo.
Déjame decirte que necesitas muy pocas cosas en la vida: Comer, beber, dormir y tener tu cuerpo a una temperatura adecuada.
Así que la próxima vez que sientas que necesitas algo preguntante a ti mismo ¿Realmente necesito esto?
Vale, quizás te apetezca, te venga bien, te haría la vida más cómoda pero ¿Lo necesitas?
El categorizar en términos de necesidades los deseos de la vida cotidiana añade una presión y un malestar añadido que es completamente innecesario y del que podemos prescindir.
Si piensas que te apetecería hacer algo pero por las razones que sea al final no puede hacerlo, es probable que te sientas incómodo y algo desanimado pero si piensas que necesitas hacer o tener ese “algo” y por las rozones que sea esto no es posible sentirás una ansiedad y una desesperación bastante desproporcionadas a la situación.
La diferencia al fin y al cabo no está en otro lugar que en tú dialogo interno.
El poder que las palabras pueden tener sobré tu forma de sentirte es increíble, así que no lo subestimes.
Así que te propongo que a partir de ahora te prestes más atención a ti mismo y a tu dialogo tanto interno como externo y que cada vez que te sorprendas a ti mismo pensando, diciendo o sintiendo que necesitas algo te preguntes ¿Realmente lo necesito o simplemente me apetece o lo prefiero?
Al fin y al cabo si quieres aprender a gestionar tus emociones y tus pensamientos de manera adecuada para tener una vida más plena y feliz el camino que tienes que seguir es el del autoconocimiento y el primer paso para conocerte a ti mismo es aprender a observar tu mente.
Recuerda que dentro de ti están todas las respuestas a tus preguntas y que si buscas en el exterior lo único que puedes encontrar es un espejo desde el que poder mirar tu interior.
¡Ahora es tu turno!
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Tú también cometes esos dos errores? ¿Quieres compartir alguna reflexión o alguna experiencia personal que consideres que pueda ayudar a otras personas?
¡Te espero en los comentarios!
Si te ha gustado el artículo te agradecería que los compartieras en tus redes sociales para poder llegar a más personas.
Muy bueno. Comparto el análisis. Si, cometo esos errores bastante seguidos.
¡Hola Lucio! Me alegro de que te guste, ser consciente de ello es el primer paso para cometerlos menos a menudo 🙂
Un abrazo
Hola Miriam
Esas experiencias son las que cambian tu manera de ver las cosas.
Mientras en occidente lo normal es trabajar de sol a sol para mantener un estilo de vida “cómodo”, las personas que viven en países como el que estás visitando nos demuestran que en realidad se necesita poco para ser felices.
Personalmente no creo que darse uno que otro capricho sea malo (a mi me gustan los conciertos de rock y si hay uno en mi ciudad hago lo posible por ir), pero dejar que nuestra felicidad dependa de cosas, comodidades y lujos es síntoma de tener unas prioridades mal establecidas.
Espero que la estés disfrutando de tu paso por India.
un abrazo!
¡Hola Andrés!
Completamente de acuerdo, no es malo para nada darse caprichos , el probelma está cuando pensamos que necesitamos esos caprichos para ser felices.
Gracias por tu aportación.
Un abrazo
Miriam:
Estoy al 100% de acuerdo con todo lo que expones en tu artículo. Pero me pasa una cosa y en cuanto me llega el momento de ponerlo en práctica, me olvido totalmente y vuelvo a las andadas. Cuánta ropa me compro y compro a mi familia que no nos hace falta, cuánta comida que no necesito y que tengo que estar pendiente de que no se me estropee…y cuántos cuántos… Llenaría páginas enteras y no acabaría. El problema es la educación recibida y la que estamos dando, se te graba a sangre y fuego y es muy difícil borrarla. Enhorabuena y gracias. Disfruta!
¡Hola Maribel! Efectivamente es mucho más sencilla la teoría que la práctica. Te reocmiendo que hagas la lista de la compra por escrito para así no excederte demasiado.
Como bien dices la educación recibida influye mucho pero poco a poco, día a día se pueden ir desaprendiendo ciertos comportamientos y aprendiendo otros nuevos 🙂
Sin prisa, pero sin pausa.
¡Un abrazo!
Hola Miriam ¡Un gusto saludarte!
El simbolo del yin yang siempre me gusto por su significado que se aplica en todo en la vida y en todos.A mi ver como viven estas personas me hacen valorar mas las condiciones en que vivo asi como cuando me encuentro con historias muy duras uno valora mas lo que tiene,pero quizas son mas felices que uno o quizas no.Porque depende mucho de nuestro interior y de nuestra mente.Gracias por tus articulos siempre me entusiasma leerlos.Un abrazo!
¡Hola Natalia! Gracias por tu apotación. Como bien dices todo depende de nuestro interior y no de factores externos.
¡Un abrazo!
Hola!!
Me ha gustado mucho el artículo y estoy de acuerdo con la mayoría de cosas que comentas. Aunque es cierto que podemos prescindir de muchísimas cosas a las que nos hemos esclavizado y que son superfluas e innecesarias también es cierto que vivimos en comunidad y si un dia entero no tengo luz y no dispongo de un grupo social de “apoyo” no podré comer, ni asearme. Lo que quiero decir con esto es que este poblado actúa en consecuencia con lo que tiene y con su forma de vivir y hace uso de sus recursos. Si yo, en mi ciudad, me quedo sin luz y es mi medio habitual de abastecimiento de lo básico no saldré al parque de enfrente de mi casa a montar una hoguera y hacerme la comida. ¿Se entiende por dónde voy?. Ahora eso sí los pensamientos crean nuestra realidad. Es importante “domesticar” nuestra mente para que trabaje a nuestro favor. Gracias!!
¡Hola Gloria! Muy interesante tu aportación, efectivamente vivimos en un mundo social y nos tenemos que adaptar a él.
Si te quedas un día sin luz, podriamos bajar al bar a comer un bocadillo o llamar desde una cabina el porblema es cuando nuestra mente empieza a pensar que no podremos comer, que estamos incomunicados, etc…
Como bien dices la clave des “domesticar” nuestra mente 🙂
¡Un abrazo!
Que grandes lecciones nos dejan las personas que pensamos que son menos favorecidas economicamente que nosotros!! Ojala la mayoria tuviesemos ese pensamiento, nuestra madre Tierra lo agradeceria.
Así es Adriana, nos dejan grandes lecciones.
¡Un abrazo!
Excelente artículo Miriam,tus experiencias son muestras de aprendizaje para todos ,gracias y un abrazo!!!
Me alegro de que te haya gustado Sara.
¡Un fuerte abrazo!
Excelente reflexión, la vida esta llena de especiales momentos que en ocasiones nos encargamos de no degustarlos por el afán innecesario de las ideas consumistas que ya no tienen freno. Comprato esta experiencia que hace poco me paso y es que hace poco se fue la electricidad en mi vecindario -barrio- era de noche y les pude compartir a mis hijos como es posible estar bajo la luz de la luna y entretenernos con otras cosas diferentes a las pantallas que hoy en dia nos absorben y nos distancian tanto, y me di cuenta de que hemos estado tan acostumbrados a los “normal”(electricidad) que se nos ha olvidado lo que sentimos con lo Natural (las estrellas), el resplando de las bombillas nos han hecho olvidadr del brillo de nuestras estrellitas que salen cada noche a decorar el cielo.
gracias por esta grandiosa reflexión
¡Hola Ingrid! Efectivamente hay veces que las comodidades de las que tenemos la suerte de disfrutar nos hacen olvidarnos de nuestra verdadera naturaleza.
Muchas gracias por compartir tu experiencia 🙂
Un fuerte abrazo
Que lindo ver a través de tus lentes. Gracias por compartir tan rica expériencia.
Gracias Jorge^^
¡Un abrazo!