Este es un artículo de invitado de Jesús Luque autor de la web Libres Viajeros
Aun recuerdo perfectamente el primer día de clase en la universidad. Aquella sensación de llegar a una ciudad nueva y no conocer a nadie… o en otras palabras, tenía miedo a estar solo.
Lo peor es que hablando luego con mis compañeros, es algo que nos ocurría a todos. La mayoría de nosotros detestamos estar solos…
Indice
¿Por qué tenemos tanto miedo a la soledad?
Es cierto que el ser humano necesita relacionarse para poder vivir, pero eso no quiere decir que sea malo estar solo, ni que dejes de ir a una clase si tu amigo te falla, o que no puedas comer en un bar y disfrutar de tu propia compañía.
Te digo esto porque a las dos semanas de empezar el curso, llegó mi siguiente obstáculo:
¡Tenía que comer solo en la universidad!
¿En qué momento se me habría pasado por la cabeza?
Aunque… ¿Sabes qué es lo peor?
¡Mi miedo llegaba hasta tal punto que hice cualquier cosa con tal de no quedarme solo!
Me pedí un bocadillo y me lo comí andando de un sitio a otro, como si “estuviera haciendo algo”.
No quería enfrentarme a unas cuantas miradas viéndome sentado en una mesa. Ni me sentía a gusto ni disfrutaba de la comida, que quieres que te diga.
Entonces… ¿Por qué ahora hay veces que hasta me alegra tener un ratito para mí?
Durante estos últimos años me han ocurrido algunas experiencias que lo han cambiado todo. Vivir seis meses en Brasil completamente solo ha cambiado un poco mi perspectiva de todo lo que es la vida y me ha ayudado a superar algunos miedos como la timidez, o en este caso, la soledad.
Ya sabes que viajar es un flujo continuo de beneficios 🙂
3 motivos para superar el miedo a estar solo
¿Te animas a descubrir los principales motivos por lo que deberías empezar a superar el miedo a estar solo?
1.- El mundo está lleno de buenas personas
Ese mismo año, con 18 recién cumplidos, me surgió la oportunidad de ir a Canadá con unos amigos ingleses.
¿Qué ocurría?
Ellos habían llegado una semana antes, y tenía que ir solo desde España. Realizar un vuelo Madrid-Dallas y posteriormente otro hacia Vancouver, para allí reencontrarme con la familia.
Lo que en ningún momento imaginaba es que se fuera a retrasar el primer vuelo, llegando a las 21:30 de la noche a Dallas (30 minutos después de que haya salido el segundo avión hacia Vancouver).
Lo primero que hice fue intenté buscar mi maleta. Al no encontrarla, pensé que podría ir directamente a Canadá aunque sinceramente creía que la había perdido.
Una vez asumida la pérdida de la maleta, fui a pedir información para ver cómo podría coger otro vuelo y así llegar a mi destino final.
Ninguno de American Airlines quiso atenderme, no conocían mi situación y decían que no podían hacer nada al respecto.
Fueron dos horas deambulando por el aeropuerto sin billete, sin maleta y sin saber qué hacer.
¿Buen momento para aprender a estar solo verdad?
Conocí a dos mexicanos que les había sucedido algo parecido, pero les habían cambiado el segundo vuelo a otra ciudad y querían cambiar el destino de la maleta también. Al ver que yo hablaba un poco el inglés vinieron a pedirme ayuda para que les tradujera un poco.
Imagínate… Estaba ayudando a dos mexicanos intentando solucionar su problema mientras que yo no tenía ni idea de qué iba a ser de mí. ¡Te puedes hacer una idea de cómo estaba!
Pero si algo he aprendido con mi experiencia es que siempre que das, acabas recibiendo aún más.
Después de varias horas se me acercó una chica de la compañía y me dijo que tendría un vuelo Vancouver al día siguiente, y no solo eso, también tendría un hotel para dormir (todo a gastos pagados obviamente).
En un primer momento pensé… Ya tengo el vuelo, a unas malas duermo en el aeropuerto y a las 7 de la mañana del día siguiente me montaba en el avión fuese como fuese.
Aún así, intenté pedir ayuda para conseguir llegar al hotel del cual solo sabía el nombre.
Tampoco pude hacer mucho porque no tenía dinero estadounidense (al no tener previsto esta parada) y las tiendas de cambio en el aeropuerto estaban ya cerradas.
Pregunté a algunos autobuses sobre el hotel, pero nadie me decía nada.
Al final, dio la casualidad que uno de los autobuses era de una compañía cercana y tenía el número, por lo que llamó al hotel y les contó lo que me había ocurrido.
Tras varios minutos esperando llegó la dueña del hotel y me recogió en el aeropuerto. Me llevó hasta allí, dejé las cosas en la habitación (tenía una suite para mí solo) y después me llevó a cenar a un bar típico americano de hamburguesas.
En ese momento me sentí súper agradecido y realmente tranquilo, al fin y al cabo, no estaba tan mal estar solo 🙂
Con un poco de comida (estaba hambriento jeje) y Wifi, pude contarles a mis padres todo lo que acababa de vivir.
Al día siguiente me llevaron hasta el aeropuerto y todo salió bien, llegué a Vancouver con la sorpresa de haber recuperado la maleta y salí vivo de mi experiencia solitaria en Dallas.
¿Qué quiero enseñarte con esto?
El mundo está lleno de buenas personas y siempre va a haber alguien dispuesto a ayudarte al igual que tú lo harías por cualquiera.
En estos momentos, hasta me río de aquella experiencia, pero la verdad es que lo pasé mal, nunca había salido tanto de mi zona de confort.
¡Aunque después de aquello podría superar cualquier cosa!
PD: Dar las gracias de que me defendía un poco con el inglés, sinceramente, no sé qué sería de aquellos pobres mexicanos 🙁
2.- Estar solo no es lo mismo que sentirte solo
Otra de las experiencias que me han ayudado con creces a superar el miedo a estar solo ha sido los seis meses que he pasado en Brasil.
Llegué completamente solo, sin conocer a nadie. Entré a vivir en un piso con otros tres estudiantes brasileños sin ni siquiera saber hablar el idioma.
Si te digo la verdad, los primeros días fueron un poco horribles porque no me podía comunicar con ellos, y la situación era bastante incómoda.
Imagina cómo pedir una fregona (que ni siquiera sabían lo que era) o simplemente preguntarles dónde había un supermercado cerca para hacer mi primera compra.
A pesar de todo, ninguna vez me sentí solo. Estuve acompañado de personas increíbles que en todo momento me ayudaban a hacer mi estancia lo mejor posible.
¿Increíble verdad?
También existen otras razones por las que aconsejo hacer un viaje solo alguna vez en la vida.
Conocí a muchos amigos de los cuales tengo un gran recuerdo, y que por supuesto, espero volver algún día.
¿Cuál sería la segunda lección entonces?
Puedes encontrarte rodeado de personas a las que quieres y sentirte muy solo, y sin embargo, puedes que estés solo de verdad (como estuve en Brasil los primeros días) y que en ningún momento te sientas así.
Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la fobia a estar solo no es algo que venga desde fuera, sino de ti mismo.
O como dice Ghandi:
“Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”
Es por ello que debes leer el tercer motivo 😉
3.- Aprende a estar solo o disfrutar de tu propia compañía
Como has visto hasta ahora, estar solo no es tan malo como parece.
En el libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva aprendí que todo lo que sentimos, es decir, nuestros estados momentáneos, son fruto de la forma en que vemos todo lo que nos rodea.
De modo que cualquier miedo se puede convertir en una oportunidad eliminando adecuadamente todos los pensamientos negativos.
Estar solo te da la oportunidad de poder conocerte a ti mismo.
Sí… ¿Alguna vez te has parado a pensar cuáles son tus propios valores? ¿Qué es lo que quieres hacer en esta vida?
Llegamos a un momento en el que nos dedicamos a seguir el camino y ni siquiera nos preguntamos si es el correcto o no.
Vamos directo a donde la sociedad nos guía…
Por ejemplo, ahora mismo estoy en mi último año de carrera.
Si sigo lo que hace todo el mundo tendría que terminar un máster, probablemente otro después para intentar buscar un empleo estable y así poder atarme a una hipoteca.
¿Realmente tenemos nuestra vida definida ya?
¿No es mejor parar y pensar qué hacer después de terminar la universidad?
Piénsalo bien… ¿No te asusta el no saber quién eres o quién quieres ser?
Una vez tengas definido tu propio mapa, será más fácil tomar las decisiones necesarias de acuerdo con esta línea de valores y tu filosofía de vida.
Tras tantos viajes, comidas, esperas y momentos en los que he estado solo, ha cambiado totalmente mi paradigma acerca de esta fobia y he pasado de cómo te comenté al principio (hacer algo por no estar sin hacer nada) a disfrutar cuando tengo un ratito para mí (hasta querer estar solo en algunos momentos).
Al fin y al cabo vas a ser con el que mayor tiempo vas a estar en esta vida.
¿De verdad no estás dispuesto a disfrutar contigo mismo?
Ayúdate de la meditación
Si estás leyendo este artículo es porque sigues a Miriam, y sabes lo importante que es dedicar un poquito de tu tiempo al día para meditar (si nunca lo has probado, aquí tienes algunas claves para aprender)
Íntentalo, es una técnica muy efectiva para empezar a desarrollar el autoconocimiento.
Convierte el silencio en tu mejor aliado y vence el miedo a estar solo de una vez por todas
¿Cuántos artículos has leído y al cabo de varios días se te acaba olvidando sin servir nada de nada?
¿Te digo por qué?
No lo pones en práctica.
Sin acción no hay aprendizaje, así que no quiero que esto quede aquí como el rollo que te acabo de contar.
Quiero hacerte ver que no hay por qué temerle a estar solo en algunos momentos de tu vida.
Así que he decidido añadir un reto anticomodidad a este post, y es tan simple como ir a comer a un bar cercano (que nunca hayas ido) completamente solo. Siéntate en una mesa y disfruta de una cerveza y una buena comida contigo mismo.
Si te parece un paso realmente atrevido, también puedes sentarte en la barra y hablar con los camareros para sentirte mejor 🙂
Cuando lo hagas, quiero que vuelvas a este post y comentes aquí qué tal ha ido tu experiencia.
Regalo
Si te ha sabido a poco, esta ha sido una pequeña transformación que de todas las que he tenido en mi vida. Ha habido otras ideas que han cambiado la forma en la que veo el mundo.
Lo he resumido en este pequeño ebook con las 7 frases que cambiarán tu vida. Y lo mejor de todo es que puedes conseguirlo completamente gratis incluyendo tu email en el enlace anterior.
Por último, dar las gracias a Míriam por haberme invitado y espero aportar mi granito de arena para que podáis para afrontar el miedo a estar solo… pero sobre todo, daros cuenta de que es cuestión de confianza en uno mismo.
PD: Recuerda, espero tu comentario de cómo fue tu primera vez comiendo solo 😉
¿Qué te ha parecido? ¿Alguna vez te has sentido igual que yo al principio?
Buen post Jesus. Aunque viajando muchas veces he comido sola, quiero decirte que no me atrevo a estar sola en un bar, quizá se deba a que en mi país no es muy común ver a una chica sola en una mesa o en una barra…
Gracias por compartir tus experiencias, me ayudan…
Hola Paula!
Me alegro mucho que te ayude. Con respecto a lo de no estar bien visto puede ser… Mi idea iba enfocada a las personas que no lo hacen por miedo, o por el simple hecho de estar solos, y he de decirte que eso en España ocurre mucho. Personas que les da pánico quedarse a solas cuando puede ser uno de los mejores momentos del día 😉
Un abrazo!
Gracias Jesús (y a Miriam por darte la oportunidad) de compartir tus experiencias y contarnos lo que has aprendido acerca de soledad.
En mi caso, puedo contaros que, hace unos cuantos años, cuando alguien me preguntaba cuál era mi mayor miedo en la vida, respondía casi en modo automático “me da mucho sentirme sola”.
A medida que fui disfrutando de algunas experiencias que marcaron mi vida (algunas de ellas viajando en solitario), mi relación con la soledad fue cambiando, convirtiéndose en algo que antaño jamás hubiera imaginado. Ahora necesito mis momentos de soledad conmigo, los extraño si no los incluyo en mi vida y los disfruto al máximo cuando decido dármelos.
Además, he comprobado que tu percepción cambia cuando disfrutas de algunas situaciones a solas, ya que prestas mucha más atención a lo que sientes, a lo que te apetece y a lo que sucede a tu alrededor (por no hablar de la cantidad de personas que puedes llegar a conocer cuando viajas solo).
Gracias a los dos por abarcar un tema que a día de hoy resulta tan espinoso para algunos, aportaciones como la de Jesús me parecen realmente necesarias.
Un abrazo desde Barcelona!!
Ali
Guau Alicia! Me ha encantado tu comentario.
¡Te ha pasado exactamente lo mismo que a mí! Creo que viajar solo es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida, los beneficios que conlleva a nivel personal son altísimos.
Totalmente de acuerdo en todo Alicia, cuantas anécdotas y personas que conoces llegan a formar parte de ti, aunque no vuelvas a verlas nunca más. O mejor dicho, esas personas amarillas como diría Miriam.
Un fuerte abrazo y gracias por comentar!
¡Hola Ali!
Mil gracias por compartir tu experiencia. A mi me pasó algo similar, siempre me dio mucho miedo la soledad, estar sola, sentirme sola hasta que poco a poco fui transformando ese concepto y aprendiendo a disfrutar de los momentos de soledad.
Además la soledad es solo un constructo mental no existe como tal, podemos sentirnos acompañados en soledad y solos en medio de un montón de gente.
¡Un abrazo fuerte!
Creo que la mayoría hemos sentido miedo a estar solos. Jamás he sido una mujer miedosa, en el sentido más obvio, ya que siempre me han gustado los deportes de riesgo (hice paracaidismo durante cinco años, empezando a los 17 años falsificando la autorización de mis padres), durante años conduje motos de gran cilindrada, etc. Pero no me imaginaba viajando sola, normalmente siempre lo había hecho con mis parejas, y cuando tuve una dolorosa ruptura sentimental con 46 años, decidí que era eso precisamente una de las cosas que tenía que hacer para superar muchas mierdas que estaban haciendo de mi vida un desastre emocional y que me impedían sentirme bien. Empecé por el Camino de Santiago (la verdad que no me arriesgué mucho, pero por algo se empieza…), y ahora, tres años después, me da mucha pereza cuando alguien quiere apuntarse a algún viaje conmigo… Porque me da la impresión de que voy a limitar mis posibilidades de conocer gente interesante, vivir experiencias a veces difíciles pero siempre enriquecedoras… Mi sueño sería dar la vuelta al mundo SOLA, en cuanto mi hijo sea más mayor me pido una excedencia de un año y a viajar!!! Ahora tengo una nueva pareja y ha tenido que aceptar este nuevo gusto mío. Eso no quiere decir que no pueda viajar con él, pero es necesario que respete esa parcela de mi vida que tanto me ha aportado y tanto me ha ayudado a ser mejor persona y más feliz
Me encanta María.
Ahora mismo me pillas a mí haciendo el Camino de Santiago, y la verdad que es una experiencia muy enriquecedora. Te das cuenta cómo al final entre todos os acabáis apoyando.
Siempre va a haber alguien dispuesto a ayudarte. Me alegra ver personas así con ese ímpetu y ese sueño de querer viajar solo.
Me ha pasado exactamente lo mismo y lo cuento en el post, ahora necesito tener momentos para mí solo, ya sea tardes de lectura, viajes o mañanas para correr, y quien esté a mi lado tendrá que disfrutar de ello también 🙂
Espero que todo te vaya genial María y gracias por pasarte a comentar!
¡Muy bueno, Jesús! Yo soy de los que tienen miedo a estar solo y al silencio. De esta semana no pasa, voy a ir a comer solo a algún sitio. Minireto para estos días 😀
¡Un abrazo!
Hombre Antonio! Qué placer verte por aquí.
Es algo que hay que ir superando con la práctica 🙂
Yo no soy ningún experto, ni mucho menos, pero poco a poco te vas adaptando a las diferentes situaciones y te das cuenta de que es algo que creamos nosotros mismos como supuesta protección para no salir de nuestra zona de confort.
Ya me contarás a ver qué tal te ha ido, la primera vez te puedes llegar a sentir muy raro e incluso incómodo 🙂
Pasate por aquí después a contarnos tu experiencia Antonio 🙂
¡Un abrazo!
Hola a todos! me ha gustado mucho tu post, la verdad que he reaizado cosas sola, pero cuando estoy un largo tiempo estando sola lo paso fatal no me gusta nada estar sola. Además, estoy pasando un mal momento anímico voy a ir al psicólogo, ya que, no soy capaz de disfrutar el presente. Pero lo que me refiero que cuando he ido hacer algo sola me ha dado mucha libertad.
Un saludo
Hola Beatriz! Me alegra que te hayas pasado a comentar 🙂
Esa sensación de que no te guste estar solo es más que normal, a todos nos pasó. La clave es ir yendo poco a poco y cada vez aumentando más los retos!
Mucho ánimo y te deseo lo mejor.